lunes, 17 de diciembre de 2012

Relato "Trenes que pasan una sola vez"

Hoy, cinco años después de que sucediera mi historia, me he decidido a contarla y hablar sobre esos “trenes que solo pasan una vez en la vida”. Jamás me he sentido tan identificado con un dicho, nunca he visto un ejemplo tan claro desde mi persona, y ahora, quiero compartirla. Desde que yo era enano, con 4 o 5 años, empecé a jugar al futbol (como todo niño de barrio), en liguillas locales en los que compartía equipo con mis amigos. Creo que los recuerdos tan bonitos que guardo y la felicidad que me invadía es lo que hizo mi pasión por este deporte. Esta era una pequeña introducción, pero iré a la historia de la que os hablaba. Corría la primavera de 2007, y con ella llegaba el buen tiempo, el final de la liga, se acercaba las notas (tema que tampoco me hacía mucha gracia)… pues bien, una noche me llega una llamada del presidente de mi equipo, diciéndome que me ha estado siguiendo un agente federativo en varios partidos y me ofrece la posibilidad de jugar en un 2ª división en México o Argentina. Haceros a la idea lo que me pude reír creyendo que no era cierto hasta que tuve la reunión con el agente federativo, mi entrenador y presidente y mis padres claro, pues yo aún era menor de edad. Me decante por México, donde los suelos eran mayores y la posibilidad de dar el salto a primera era mucho más sencillo. Bien, pues a principios de junio y después de haber perdido 9kg. en dos semanas (por las dietas y entrenamientos que me marcaron) ya estaba viajando hacia Distrito Federal. Finalmente, tras un mes de entrenamientos allí, me comentaron que me debía esperar unos meses y nacionalizarme (para lo cual mis padres tenían que irse a vivir a México, lo cual no ocurriría) ya que el club se había decantado por otros 2 futbolistas extranjeros (solo pueden completar dos fichas de extracomunitarios), así volví a España cargado de experiencias y consciente de que toda oportunidad que tenga en mi vida (no solo de este deporte, que ya se me ha pasado el arroz para ello) la aprovechare. Es difícil decidirse algunas veces. Yo para vivir esta experiencia tuve que dejar a la que por entonces era mi novia, mis amigos, mi familia…y yo soy de esas personas que necesito mucho de la gente que me rodea, por lo que tuve que tomar decisiones muy importantes. También gracias a que no me cogieron he podido despedirme para siempre de mi abuela, ver crecer a mis primos (que son como hermanos) que están en la edad de primaria, ver nacer a mi primera sobrina y , por qué no, también estoy convencido de que gracias a que no me quede en México ahora tengo la oportunidad de conocer a gente fantástica en la carrera.

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